Visitas

lunes, 16 de abril de 2012

2/14


Dos. Un número que puede significar tantas cosas. Dos horas de espera, dos minutos besandote, dos meses a tu lado o simplemente dos. Como catorce. Puede significar tantísimas cosas... Catorce pensamientos tuyos en cada segundo, catorce mil besos que necesito tuyos a cada milésima que pasa, o catorce instantes que necesito como mínimo al día para ser feliz.

Sólo pido eso, nada más. Porque con catorce caricias, catorce miradas, catorce minutos besándote sin respirar son lo mejor que me puede pasar estando a tu lado porque son cosas de dos y me encanta compartirlas contigo.


domingo, 25 de marzo de 2012

14 de febrero de 2012 ♥


Amor. La palabra de San Valentín. La palabra de este día que acaba de empezar. Amor. Tu segundo nombre. Estoy sentada a la mesa de la cocina. A buen seguro, tú estarás durmiendo. Es de noche. Mañana te dejaré esta carta bajo la puerta. Te imagino mientras sales de casa todavía medio dormido y la ves. Tus preciosos ojos se iluminan. Te agachas, la coges y la abres. Y empiezas a leerla. Y, espero, a sonreír. Una carta, una pequeña carta que trata de contener una gran historia, la nuestra. Mi agradecimiento por el modo en que haces que me sienta. No creo que dos folios sean suficientes, pero aun así lo intentaré. Porque no puedo evitarlo.
Dicen que no se puede hablar de amor, sino sólo vivirlo. Es cierto. Yo también lo creo así. Si conozco el amor es únicamente porque tú me lo has hecho vivir y respirar. Lo he aprendido contigo. Aunque después he entendido que, en realidad, no se aprende nada.

Se vive y basta, juntos, cercanos y cómplices. El amor eres tú. El amor soy yo cuando estoy contigo. Feliz. Serena. Mejor. Todavía recuerdo la primera vez que te vi. Guapísimo. En medio de la pista de esa discoteca de Trastevere. Bailabas, te movías suavemente junto a tu amigo. Seguías el ritmo con los ojos cerrados. Te vi y de golpe no pude dejar de mirarte. Mis amigos querían cambiar de local, pero yo quise quedarme. Me precipité a la barra del bar, pedí dos bebidas, me deslicé entre la gente con los vasos en alto para que nadie pudiese darles un golpe, y me acerqué a ti de espaldas mientras bailabas. Tu amiga se dio cuenta, te hizo un gesto con la barbilla y tú te volviste. De cerca eras aún más guapo. Te sonreí y te ofrecí uno de los vasos. Al principio pusiste cara seria, hiciste una especie de mueca, pero luego me sonreíste. Aceptaste el vaso y brindamos, dos desconocidos en una pista de baile. Después hablamos. No solo eras guapo, también simpático. A medida que te he ido conociendo he ido descubriendo tus mil cualidades. Soy una mujer afortunada. Mucho. Y cuando pienso en todo lo que hemos hecho juntos sonrío de felicidad. Nuestras minivacaciones en Londres, cuando cogimos el avión el viernes y regresamos el domingo. Los locos paseos por el Soho, la cena, hacer el amor en ese parque a riesgo de ser descubiertos. Y reír. E intentar hablar bien el inglés. Y meter la pata. Y luego, la vez que fuimos a Stromboli, en que caminamos cogidos de la mano por esos callejones estrechos y flanqueados por unas casas blancas y bajas, preciosas, llenas de plantas y de flores. Y la subida al volcán. Y las cenas de pescado en las terrazas de los pequeños restaurantes. Y la risa que me entró cuando te subiste a ese burro que se hacía el sueco cada vez que querías que doblase a la izquierda, y tú con esa cara tan cómica, un poco desesperada, propia del que se rinde. Y de nuevo nuestras veladas romanas, nuestros paseos hasta altas horas de la noche en los que jamás nos aburríamos, siempre teníamos mil cosas que decirnos y que contarnos. Después nos besábamos de repente y sentía la suavidad de tus labios apenas cubiertos de ese brillo sabor a frutas que tanto te gusta. Cualquier noche, incluso la más sencilla, resulta especial contigo. No hace falta nada. Poco importa dónde estemos, a mí me parece siempre una fiesta. E incluso cuando reñimos, en contadas ocasiones, a decir verdad, en el fondo me diviertes. Porque dura poco y después hacemos siempre las paces.

Tengo mil recuerdos espléndidos de ti. A medida que pasa el tiempo me enamoro más y más de ti. Más de lo que creía posible. Te quiero cuando sonríes. Te quiero cuando te conmueves. Te quiero mientras comes. Te quiero el sábado por la noche cuando vamos al pub. Te quiero el lunes por la mañana, mientras sigues somnoliento. Te quiero cuando cantas a voz en grito en los conciertos. Te quiero cuando nos despertamos juntos por la mañana y no encuentras las zapatillas para ir al baño. Te quiero bajo la ducha. Te quiero en la playa. Te quiero por la noche. Te quiero al atardecer. Te quiero a mediodía. Te quiero ahora mientras lees mi carta, mi felicitación de San Valentín, y quizá te preguntas si no estaré un poco loca. Y no te equivocas. Y ahora arréglate. Sal. Vive tu día. Disfruta para verte resplandecer con toda tu belleza. Felicidades, amor mío... Pasaré a recogerte dentro de una hora. ¡Las sorpresas no se acaban aquí!

martes, 20 de marzo de 2012

Vamos a disfrutar cada momento


+Te amo.
-Y yo.
+Yo mucho más, aunque digas que no.
-No, porque los dos amamos igual.
+No estoy de acuerdo, ¿quieres saber por qué?
-A ver, ¿por qué?
+Pues porque eres tú el que me despierta cada mañana con un "Buenos días mi amor", eres tú el que me da todo en cada beso. Pero soy yo la que no puede vivir un segundo sin ti, ni tus abrazos, ni tu compañía. Porque amor, no puedo estar sin ti, haces que cada momento que paso contigo sea inolvidable, y porque haces que no quiera soltarte nunca.
-Tú haces eso y mucho más.
+Me encantas, no he conocido a nadie que me haga sentir así, no he conseguido nunca conocer a nadie a quien llegase a amar, hasta que llegaste tú.

jueves, 22 de diciembre de 2011

De nuevo, sin meditarlo, regresan los recuerdos.

Me he despertado con ganas de pensar en ti. Tal vez sea algo raro pero lo he decidido así. No sé por qué, pero hace tiempo sucedió algo extraño, conocí a alguien que me cambió la vida. Me reí, disfruté, viví y me enamoré locamente. También me llevé alguna que otra decepción. Hasta que acabé destrozada. Por dentro y por fuera. Por un lado y por el otro. Mi felicidad se fue con el tiempo. Y él se fue con los recuerdos.
Y sin verlo ni pensarlo, los recuerdos volvieron a mí. Me recorrieron todo el cuerpo y me vuelven a pertenecer. Ahora más que antes siento ese cosquilleo cuando me mira, me hace una caricia, o me dice esas cosas tan bonitas que solía decirme. Cuando me besa. Cuando más necesitaba cariño, aparece él y me lo da todo.

jueves, 15 de diciembre de 2011

te quiero pero se acabó todo

Veamos, aún no te he olvidado y sigo esperando como una tonta a que regreses a mí. No creo que llegue ese día en el que vuelvas, pero sigo aquí esperando por si llega el momento. Porque quien no arriesga no gana, pero quien espera desespera. Pero ya he arriesgado, ganado y perdido, te he perdido. Así que ahora solo me queda esperar. Iremos cada uno por su camino, reharé mi vida y no dependeré de ti ni de nadie, porque soy autosuficiente y sé controlar mis sentimientos. Y no voy a sentir nada más por ti, porque no te lo mereces. No me mereces, dicen. Pero yo te necesito, bueno hasta ahora, te necesitaba, pero ahora todo se acabó.

domingo, 4 de diciembre de 2011

cometo errores, pero me los trago yo solita

APRENDER a actuar,a decidir, a pensar. Soy consciente de todo lo que hago, pienso, digo y de como actúo. Siempre, y repito, siempre, tengo presente todas las consecuencias que me puede conllevar cualquier acción. A veces sé que pueden ser buenas, y otras veces malas. Y cuándo hablo de malas, me afectan única y exclusivamente a . Pero sé acarrear con esas consecuencias, ADMITO QUE COMETO ERRORES, pero son errores que volvería a cometer aunque eso me provocase el más profundo de los dolores. El más secreto de los secretos en mi ser, no lo comparto con nadie, pero no lo siento. Sé que es mío, algo que no me puede quitar nadie y, por eso prefiero sufrirlo que evitarlo. Porque si algo he aprendido hasta hoy, es que mis alegrías son mías e incluso de algunos más, pero mis penas, esas son las que nadie comparte conmigo, me las trago yo solita.

me alegro de no ser como tú

Haces que me canse, tu egoísmo me mata, muchas gracias por joderme, sabía que tarde o temprano lo harías, no ves más allá de TUS putas narices, de TU conveniencia, TUS beneficios, lo que TE interesa, lo que te conviene, me doy cuenta tarde, me arrepiento de ello, TODOS están en la cerca, y yo ya salté al león hace tiempo y ahora es cuando está atacando, lo siento, pero no me superas, quizás eso era lo que siempre te jodía, no son flores ni vanidad, lo sabes al igual que yo, lo sientes como YO, pero también muchas, muchas cartas bajo la manga, incluso en el bolsillo del pantalón, y no me ganarás, conozco tus puntos débiles, al igual que los fuertes, ME ALEGRO DE SER DIFERENTE, ME ALEGRO DE NO SER COMO TÚ.

cuenta conmigo

¿Y si con una mirada te lo digo TODO pero en realidad no sé expresarme? ¿Y si no te quiero pero lo necesito? ¿Me juzgarás? Lo único que quiero es alguien que me apoye, que me quiera cuando me haga falta, que me escuche cuando nadie más quiere hacerlo y que, sobretodo, no me eche en cara algo que he hecho mal y sepa perdonar. Solo pido eso, y que no me traten como una mierda cuando LO ÚNICO QUE NECESITO ES FELICIDAD.

quiero saber, ayudar y querer


Quiero saber que todo esto que tengo dentro de mí va a alguna parte, y no huye como todo lo demás. Quiero poder comprender lo que tú piensas y porque realmente no me quieres. Quiero aprender a olvidar y ser fuerte: ayudar sin recibir nada a cambio; y querer sin que me duela.

Si no es por ti, es por mí




+¿Y ahora qué? ¿Me dices adiós y te vas?
-Lo siento, pero así es...
+Vale, pero espera un segundo...
-Dime.
+Espera que me voy yo.
Espera sentado a encontrar a alguien como yo. Espera que te de una segunda oportunidad cuando lo necesites. Espera sentado, que te cansarás.
-Pe...pero...
+Ni pero ni nada.
Te dejo yo. Por mucho que no quiera, tengo el suficiente valor y orgullo para no quedarme llorando por ti, una persona que se cree el rey del mundo y solo es una persona más.
Ahí te quedas.
-Espera...
no es por ti, es por mi.
+Típica frase. Pues yo te lo digo así: no es por mi, ES POR TI. A mi nadie me trata como un juguete, y menos tú. Lo siento, pero quiero a alguien que me respete y me quiera de verdad.